¿Qué pasó con Doris Cappenberg?

Doris Cappenberg era una vecina radicada en Capilla del Monte hace más de una década. Tenía 85 años, y había escrito tres libros vinculados al mundo espiritual y su devoción por Sai Baba. El martes 10 fue vista por última vez. Algunas versiones sostienen que tenía que hacer una transacción comercial. Estuvo desaparecida al menos tres días y a su casa no regresó nunca más. El peor de los finales: el hallazgo de su cuerpo sin vida, al parecer con señales de extrema violencia en un camino rural de Dolores.

Durante estos días, el silencio se abrió como una boca que se tragó una vida más. La causa está bajo secreto de sumario y en la Fiscalía de Instrucción de Cosquín, a cargo de la fiscal Paula Kelm. No hay ninguna versión oficial al respecto, ni de las autoridades políticas ni del Ministerio Público Fiscal de Córdoba. La impunidad late en este territorio ante investigaciones judiciales irregulares, como la causa del femicidio de Cecilia Basaldúa, que luego del juicio del año 2022, se pudo revertir la condena a un inocente.

El lunes reunidos y reunidas en una asamblea en la Plaza San Martín de Capilla del Monte, vecinxs e integrantes de la Multisectorial de Punilla Norte, se preguntaron ¿Qué pasó? Sienten que las mujeres están en peligro y que el hermetismo alrededor de este nuevo femicidio contribuye a una impunidad que va en ascenso. Vía libre para el delito y la violencia que están sacudiendo a la comunidad, sin embargo todo parece pasar desapercibido, y la violencia se vuelve a normalizar.

El descarte de los cuerpos

El cuerpo de las mujeres como un deshecho aparece en un escenario que demuestra en las formas de matar la condición del femicidio. Un crimen de odio, que se evidencia en el resultado, surge de una sociedad violenta, donde las relaciones de género son violentas y el femicidio aparece como la máxima expresión de esa violencia.

El impacto está en el mensaje. El descarte de los cuerpos. Mariela Natalí. Apareció sin vida en el Dique Los Alazanes, en febrero del año 2020. Su muerte nunca fue investigada. Cecilia Basaldúa. Apareció sin vida cerca del basural de Capilla del Monte, en abril del año 2020. La impunidad que rodea esta causa llevó a que durante dos años Lucas Bustos estuviera privado de su libertad, sin pruebas, en la cárcel de Cruz del Eje, por orden de la fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm. En el 2022, el juicio que lo llevó al banquillo de los acusados, demostró no sólo su inocencia, sino las graves irregularidades en la investigación judicial de la causa. En la actualidad, está en curso una nueva investigación a cargo de la Fiscalía de Cruz del Eje. Doris Cappenberg. Apareció sin vida en septiembre del año 2024, en un camino interno de Dolores. No hay, a la fecha, ninguna versión oficial ni detenidos por su asesinato.

La singularidad de estos crímenes ha llevado a que hoy sean denominados como femicidios territoriales, ya que no responden a los modelos epistémicos tradicionales de la teoría de género y que no hablan de vínculos de pareja e intimidad, “sino de tramas de narcocriminalidad e impunidad territorializadas, con participación de agentes estatales tales como policías, gendarmes y fiscales”, explican desde el Observatorio Lucía Pérez.

La pregunta vuelve. ¿Cuántas más? Esa máxima violencia, “surge de las innumerables violencias cotidianas que son normales y que no podrían jamás ser tipificadas como crímenes. Lo que hay que modificar es esa argamasa de la sociedad, hay que modificar la sociedad, para que en la cumbre de esa pirámide no surja el crimen letal”, dice la antropóloga Rita Segatto.

Trabajar en políticas públicas reales que apunten a la prevención de la violencia de género se vuelve urgente. El hermetismo que rodea a este femicidio, sólo se ha quebrado por la misma espectacularización mediática que busca detalles y escenarios morbosos, que a la falta de datos oficiales, refuerzan de esa manera la construcción de la noticia.

Los parámetros culturales de la sociedad continúan presididos por valores que jerarquiza el patriarcado. Esto significa que en muchos ámbitos de la vida, la desigualdad y la violencia, no sólo siguen reproduciéndose, sino que se continúan legitimando desde distintas instituciones del Estado. Frente a esta realidad, desde la Multisectorial de Punilla Norte, se está convocando a los centros vecinales e instituciones locales, para visibilizar este femicidio, saber qué pasó y exigir Verdad y Justicia, dos palabras que se han convertido en una demanda permanente en la comunidad de Capilla del Monte.