La condena a Cristina Fernández: incertidumbre política y reconfiguración de fuerzas

La confirmación de la sentencia a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha generado un clima de incertidumbre que redefine la coyuntura política nacional. «Hay una pregunta que todos se están haciendo: ¿cómo impactará esto en el ánimo social y electoral?», señala Lea Ross desde La Luna con Gatillo. Las primeras reacciones ya se observan en protestas como los cortes en la Panamericana o las tomas en centros de estudiantes, mientras en Córdoba se espera una movilización menor, dada la menor adhesión al cristinismo en la región.

En el repaso de su nota en Una Radio Muchas Voces, Ross plantea un dilema clave: «¿Los votantes de Cristina apoyarán férreamente a Unión por la Patria o optarán por el abstencionismo como forma de hartazgo?». Con un electorado ya fragmentado —en las últimas elecciones solo votó la mitad de los habilitados—, el fallo judicial podría profundizar esta tendencia. «El sujeto argentino que no vota es heterogéneo, y esto podría ampliarlo aún más», reflexiona.

El fallo, sin embargo, parece haber cohesionado internamente al peronismo. «Terminó de dirimir conflictos dentro del PJ y dio la unidad que faltaba», analiza Ross. Incluso sectores de izquierda, como Miriam Bregman o Nicolás del Caño, mostraron su apoyo públicamente. No obstante, en Córdoba, el silencio del peronismo local —con la excepción de Natalia de la Sota— contrasta con la efervescencia en el AMBA. «El cordobesismo no quiere romper filas, pero tampoco abrazar la causa cristinista», apunta.

La condena también reavivó la llamada «democracia de la derrota», un concepto que, según Ross, «describe una democracia que no resolvió los problemas heredados de la dictadura, como la deuda externa». Para analistas como Alejandro Horowitz, esto condiciona las desigualdades actuales. Cristina, al anunciar su candidatura en C5N, «activó una mística que faltaba en el kirchnerismo», pero también desató una reacción judicial que Ross vincula a operaciones más profundas.

«Macri no tiene suficiente poder para orquestar esto solo, pero hay operadores judiciales y sectores empresariales, como Telecom o el grupo Clarín, con intereses en juego», afirma. La referencia al escándalo del Lago Escondido —donde jueces y ejecutivos mediáticos coincidieron— ilustra estas conexiones. «Es una advertencia de Macri a Milei: ‘Yo manejo los hilos judiciales'», interpreta Ross.

En su entrevista con C5N, Cristina habló de una «derecha mafiosa» (tradicional, vinculada al macrismo) y una «derecha esotérica» (el libertarismo mileista). «Mientras la primera opera con métodos institucionales, la segunda promueve ideas como las criptomonedas, pero choca con casos como el de la causa Libra», explica Ross. Ambas, sin embargo, comparten un problema: «la democracia no resolvió el financiamiento oscuro de la política».

El fallo, en definitiva, es solo el inicio de un nuevo tablero. «Es la ficha de dominó que moverá otras piezas», concluye Ross. Con el foco en el AMBA, habrá que observar cómo repercute en Córdoba y en una oposición que, pese a sus fracturas, encontró en la condena un motivo temporal de unidad.